martes, 5 de mayo de 2009

Sin Sabor a Perú

Luego de ver en el canal Gourmet dos programas llamados "Con sabor a Perú" preparados por PromPerú, quedé estupefacto al comprobar cómo un tema de tan inmenso potencial como la cocina peruana, con el que podría haberse logrado un banquete televisivo de nivel mundial, se había preparado una pollada de barrio.

A continuación una carta abierta a los amigos de PromPerú, quienes reiteradamente han demostrado capacidad profesional y amor por su Patria logrando sonados éxitos en la promoción de la imagen del Perú, y a quienes en esta ocasión en la que se han equivocado invito a corregirse:

CARTA ABIERTA

Apreciados funcionarios de PromPerú, responsables del programa Con Sabor a Perú.

Les dirijo la presente para saludarlos cordialmente y manifestarles una crítica por los errores que se están cometiendo en el programa “Con Sabor a Perú”, que se emite desde hace unas semanas en el canal El Gourmet.

El primer problema es la presentación con un gran banner de PROMPERU, lo que convierte un programa informativo y sugerente, en un publireportaje, restándole valor a lo que se presenta a continuación.

Este detalle negativo no hubiera tenido demasiada importancia, si es que el programa no fuera tan mal hecho, realmente muy mal hecho.

La imagen de un programa, especialmente del tipo señalado, depende en gran medida del presentador, y lamentablemente el señor Coke Ossio, un gran cocinero, no tiene ni la capacidad técnica televisiva ni el carisma necesario para ejercer de conductor de un programa televisivo. Coke no hace “click” con la teleaudiencia.

Tiene un rostro poco expresivo, una torpe relación con la cámara, una inadecuada dicción y pobre lenguaje televisivo, lo que se demuestra porque la expresión que usa casi siempre para comunicar que un plato esta sabroso, es: Buenazo.

El señor Ossio no tiene la culpa, son pocas las personas que tienen las aptitudes naturales que se requieren para encantar a las personas que ven un programa de televisión. Ahí están no sólo Gastón Acurio, supermediático pero que puede correr el riesgo de quemarse por sobreexposición, sino también Raul Vargas, Mauricio Fernandini, Cucho La Rosa y seguramente habrán otro(a)s que podrían hacer una presentación atractiva y no monótona.

La fotografía y dirección de cámaras es pésima, de poca definición, sin contexto o con un contexto de poca calidad informativa y estética. El sonido es horroroso, en algunos casos es imposible entender lo que se dice.

Hasta al propio Gastón se le nota apagado y trastabillante en la presentación que hace del ceviche. Es que cuando el presentador apaga en lugar de encender, todo se vuelve gris.

Por otro lado, las diversas secuencias son demasiadas y resultan en un rompecabezas aun para un peruano acostumbrado a tanta variedad. El paso de una a otra secuencia es abrupto, apurado, y no se nota una continuidad armónica como debiera, sino un amontonamiento desordenado.

En el programa del ceviche, se hacen 9 platos, eso es demasiado para asimilar, aun para un experto.

Estoy seguro de que los televidentes de otros países, en lugar de quedar asombrados por la abundancia, han quedado abrumados y desconcertados, como quien ve pasar un tren raudo y no puede recordar nada de lo que vió al otro lado de las ventanillas.

Las cámaras fueron tan malas que al final del ceviche, tiradito y leche de tigre “de autor” que hizo el señor Ossio, el tiradito quedó semitapado por el vaso de leche de tigre, además de que durante el proceso hizo muy poco para informar del mismo.

Otro de los graves errores, sino el más grave, es esa constante repetición de la influencia de otros países en nuestra cocina, quedando en claro finalmente, que el programa no debiera llamarse “Con Sabor a Perú”, sino “Con sabor japonés en el Perú”, o con “Con sabor chino en el Perú”, convirtiéndonos ya no en la estrella sino en el espacio donde brillan otras estrellas.

Nadie niega la influencia de otros países en la historia culinaria. En realidad la cocina mundial es la historia de las influencias, pero las cocinas nacionales lo son NO POR LA INFLUENCIA, sino por la acción de los nacionales de cada país, que supieron hacer nada o poco, como en la mayoría de países (Chile, Colombia, Ecuador, Brasil, Estados Unidos, Etc.) o maravillas como los peruanos en el Perú.

Entonces, no se puede hacer un programa sobre los sabores peruanos donde la apología se centre en los orígenes extranjeros, es contradictorio.

Si de sabores peruanos se trata, lo destacable es la habilidad con la que nosotros cocinamos, porque de lo contrario, se inferirá que los peruanos no hubiéramos podido hacer gran cosa sin tan determinante participación extranjera.

Pero Coke se pasa repitiendo o haciendo repetir a sus invitados, que sin los chinos no había lomo saltado (por la cosa de saltar que según nuestros falsos eruditos es patente china), y que sin los japoneses el ceviche sería una cosa sobrecocinada en limón, sin mencionar que el pescador que presenta en un bote y haciendo un fresquísimo ceviche de pejerrey, poco o nada supo de la influencia japonesa para prepararlo de esa manera.

Es imposible desarrollar identidad nacional culinaria con estas afirmaciones constantes, carentes de importancia y escasas de verdad; se logra exactamente lo contrario, quedando en los peruanos el sinsabor de sentir que en realidad, no hicimos nada valioso por nuestra cuenta. Eso es falso pero sobre todo malo, muy malo.

Es tan falso que no hicimos nada por nuestra cuenta, que en Brasil, donde se encuentra la colonia de japoneses y decendientes de japoneses más grande en sudamérica, NO existe ni remotamente una cocina marina como la peruana. Y chinos y japoneses, italianos, españoles y franceses hay en toda latinoamérica, pero que se sepa, en ningún otro país latinoamericano existe una cocina como la nuestra.

Entonces, señoras y señores funcionarios de PROMPERU, el factor clave de la cocina peruana es: el Peruano, y eso es lo que hay que destacar, no con soberbia que puede causar rechazo, sino con inteligencia y sutileza suficiente que provoque afecto.

Así mismo, parte fundamental de la identidad es el lenguaje, no sólo contextual como el mencionado líneas arriba, sino concreto, como las palabras para designar cosas, situaciones, etc.

Y encontramos ridículo y despersonalizante (hablo de la personalidad colectiva, parte de la identidad nacional), el empleo de palabras en el programa, que no usamos los peruanos en la vida cotidiana: “Cilantro” en vez de culantro (¿Alguien se siente ofendido por la palabra culantro?).

“Emplatar”, feísima palabra usada en Argentina y ahora, como prueba de la influencia mediática, en otras partes para decir “servir” o “servir en el plato”, que usamos elegantemente en el Perú.

Falta poco para que Coke diga “Mesada” o corte “Brunoisse” para terminar de alejar por completo a la cocina peruana de su propia realidad e identidad. ¿Es que acaso no nos hemos venido comunicando adecuadamente en la cocina desde hace miles de años, para que se venga hoy en día a cambiar innecesariamente nuestro propio lenguaje, sólo por una moda masificante?

¿Para qué? para mimetizarnos con el resto?

No hay cosa más eficaz para NO distinguirse del resto que usar el idioma común. La conquista de los mercados se hace ahora principalmente por el idioma como poderosa estructura de supremacía.

Si hablamos “argentino” y francés para designar cosas y situaciones en la cocina, nos rezagaremos respecto de estas “culturas culinarias” en un terreno en el cual el Perú debería ostentar una posición de dominio, de manera que se reconozca en el mundo, y en consecuencia sirva de atractivo como se pretende.

Que el mundo hable en la cocina como los peruanos, eso si sería un triunfo, y no una derrota como viene ocurriendo al hablar nosotros como los demás.

Y así se decanta claramente que debe considerarse lo siguiente:

1. Debe escogerse uno o varios presentadores o ser cada cocinero o cocinera su propio(a) presentador(a), o combinar las técnicas según la capacidad expresiva de cada quien. El presentador(a) debe ser súper carismático(a) y técnicamente preparado(a) como comunicador.

2. En cada programa no debe haber más de 2 cocineros/recetas. Mejor es poco extraordinario que mucho mediocre, o menos que mediocre como ahora.

Lo extraordinario es lo que genera deseo.

3. Debe usarse el “peruano” como idioma de nuestra cocina, siendo esta la más poderosa herramienta de identidad, más que las propias preparaciones.

“Picar chiquito”, “cortar a la pluma como para lomito saltado”, son expresiones de nuestra cocina que no sólo indican con claridad lo que se debe hacer, sino que transmiten el alma del cocinero(a) peruano(a).

Si se quiere, se puede “traducir” como hacen los demás cocineros del canal Gourmet.

4. Debe contratarse al mejor productor, guionísta, director y cameramen, y contar con un equipo asesor de imagen, y utilizar los mejores equipos posibles de video y sonido, para ofrecer la mejor imagen posible, en todos sus sentidos.

5. Debe presentarse el entorno pero sólo como una contextualización adecuada, no como mensaje turístico adicional. No debe abrumarse al televidente con mensajes cruzados, eso impide que el mensaje principal: Venga al Perú a comer deliciosamente, sea asimilado.

6. La música debe ser ambiental y de fondo, no distraer con letra ni volumen.

7. El programa debe ser adecuadamente anunciado en el canal Gourmet. Ahora está sub-anunciado ya que no forma parte de las tandas regulares de presentación del canal.


En resumen, el programa “Con Sabor a Perú” es muy malo y debe ser rehecho, a riesgo de continuar difundiendo una imagen distorsionada y negativa de la comida y la cocina peruana, que es exactamente lo contrario de lo que se pretende.

Espero que esta crítica sea tomada con espíritu constructivo, que es su propósito, razón por la cual he presentado las sugerencias que considero adecuadas lograr un programa a la altura del merecimiento de los peruanos en un terreno en el que somos de clase mundial, no entenados de ningún otro país.

Cordialmente



Alberto Morán Privette